La medicina ocupacional podríamos definirla como el proceso salud-enfermedad que genera una persona a través de su trabajo. Esto incluye un amplio abanico de riesgos a los que puede estar expuesto un trabajador y por lo tanto involucra el actuar de varias disciplinas [1]. El presente escrito tiene como objetivo describir las principales enfermedades respiratorias asociadas a exposiciones laborales.
La inhalación de diferentes sustancias durante la jornada laboral es una situación común en todas partes del mundo. Se han estimado 386,000 muertes anuales secundarias a la exposición ocupacional a diferentes partículas. Una persona que desarrolla un trabajo manual tiene dos veces más riesgo de morir prematuramente en comparación con alguien que tiene un trabajo administrativo; mayor riesgo de presentar síntomas respiratorios como tos y expectoración crónica y mayor riesgo de disminución de la función pulmonar [2, 3].
Las enfermedades respiratorias relacionadas con exposiciones ocupacionales se han clasificado en enfermedades de la vía aérea, enfermedades intersticiales, enfermedades granulomatosas, enfermedades infecciosas y enfermedades neoplásicas [4].
Enfermedades de la vía aérea
Asma es la enfermedad ocupacional respiratoria más frecuente. El 15% de los casos de asma se deben a alguna exposición ocupacional. Se han demostrado más de 400 tipos de agentes generadores de asma ocupacional. De los trabajos con mayor asociación para desarrollar asma se encuentran los pintores, estilistas, carpinteros y agricultores [2, 4, 5].Se ha descrito que desde el 10% hasta el 50% de los pacientes con una enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) que no fueron fumadores, su enfermedad se atribuye a exposiciones a sílice, carbón, textiles y cadmio; entre otros. En un estudio realizado en varias ciudades de Latinoamérica se documentó que aproximadamente el 20% de los sujetos con diagnóstico de EPOC tenían antecedente de exposición laboral a polvos y humos [2, 6‒8].
Enfermedades intersticial
Son consideradas un reto para su diagnóstico y clasificación; varias de ellas se han asociado a exposiciones ocupacionales. Entre un 3 y 20% de los casos diagnosticados de enfermedad intersticial se han atribuido a exposiciones ocupacionales. Algunos de los agentes reportados para el desarrollo de neumonía intersticial usual son el sílice, polvos de diferentes metales, madera y productos de agricultura. La proteinosis alveolar pulmonar se ha asociado en un 29% con exposiciones de productos de limpieza, asbesto, sílice, algodón, madera y aluminio. La neumonía criptogénica organizada se ha asociada a exposición a textiles, saborizantes de alimentos e industria de plásticos [9‒12].
Enfermedades granulomatosas no infecciosas
En este grupo se incluyen a la neumonitis por hipersensibilidad (cuya proporción atribuible a exposición ocupacional es de 19%), beriliosis y sarcoidosis. En el caso de la neumonitis por hipersensibilidad su desarrollo se ha asociado a la exposición a antígenos animales y compuestos orgánicos e inorgánicos. La exposición a berilio es mucho más común en la industria aeroespacial, automotriz, cerámicas [4, 13].
Enfermedades infecciosas
Tanto la tuberculosis (2.3%) como la neumonía adquirida en comunidad (10%) se han asociado a diferentes exposiciones ocupacionales como la exposición al sílice. Por otro lado, se encuentran las enfermedades infecciosas asociadas a trabajadores de la salud, como el desarrollo de neumonía por SARS CoV-2 [4, 14]. Algunas micosis endémicas pueden tener también un origen ocupacional.
Enfermedades neoplásica
La neoplasia respiratoria con mayor asociación a exposiciones ocupacionales es el mesotelioma; específicamente la exposición a asbesto. Las ocupaciones con mayor riesgo a exposición asbesto son la industria de la construcción, carpinteros, electricistas e ingenieros. Otras exposiciones asociadas con mesotelioma pleural es la lana de roca (materiales fibrosos conformado por minerales). El tabaquismo de segunda mano continua siendo una exposición laboral frecuente, lo cual se ha asociado con disminución en la función pulmonar y desarrollo de cáncer pulmonar en los trabajadores [6, 9, 15‒17].
La prevalencia de cada una de estas afectaciones respiratorias de origen ocupacional se ha modificado a lo largo de los años debido a los cambios en la regulación industrial y la emergencia de exposiciones a nuevas sustancias. El desarrollo de las enfermedades antes mencionadas dependerá de varios factores como del tiempo de exposición, tipo de partículas, solubilidad, tamaño y concentración [18]; así como de otros factores que pueden acelerar la progresión de la enfermedad como el tabaquismo [9, 19]. De igual forma, varias de las exposiciones pueden causar uno o varios tipos de afecciones de manera simultánea [20].
Nuestro trabajo como personal de salud será realizar un interrogatorio dirigido sobre las diferentes exposiciones laborales. En la historia clínica debemos incluir rutinariamente el empleo actual y los previos, así como uso de equipo de protección personal y tipo de ventilación. Los antecedentes laborales aumentará nuestra sensibilidad para identificar enfermedades respiratorias de origen ocupacional cuyo diagnóstico será confirmado, usualmente, mediante estudios de imagen y pruebas de función respiratoria. Conocer las regulaciones industriales en material de exposiciones respiratorias, el tipo de protección personal y la valoración periódica de los trabajadores que tienen exposición, prevendrá el desarrollo de morbilidad respiratoria en muchos trabajadores.
Si nosotros no hacemos visible el problema de salud pública que presentan las enfermedades respiratorias ocupacionales muy difícilmente otro sector lo hará. Es nuestra responsabilidad realizar el diagnóstico de estas enfermedades y forzar a que se generen las medidas de prevención necesarias en las distintas ocupaciones.
Dra. Ireri Isadora Thirión-Romero
Dr. Luis Torre-Bouscoulet